Todos lamentamos en su día la desaparición de Megaupload.
Millones de archivos, legales o no, fueron retirados de la red. Los
servidores, secuestrados. Los responsables, detenidos. Un escenario
apocalíptico.
Tras un periodo de gran miedo, en el que otras páginas cerraron o retiraron sus contenidos, y en el que servicios como Dropbox retiraron funciones como las carpetas públicas para no caer también bajo sospecha, el panorama ha cambiado. Es más, ahora se comparten más archivos que antes.
Kim Dotcom, orondo vicario del P2P y creador de Megaupload, envalentonado por el giro que están tomando los acontecimientos, aprovechó para soltar esta perla en Twitter:
SOPA is dead. PIPA is dead. ACTA is dead. MEGA will return. Bigger. Better. Faster. Free of charge & shielded from attacks. Evolution!
¿Qué significa este mensaje? ¿Regresará Megaupload de entre los muertos de Internet?
Será el regreso de un nombre, pero nada más
De una manera u otra, es muy posible que Megaupload vuelva a estar en línea, pero casi seguramente sin los archivos y cuentas que se secuestraron el día 19 de enero de 2012. Sería el regreso de un nombre de dominio y poco más.
Con el dominio secuestrado y el FBI vigilando, será difícil que Megaupload regrese
Aunque la MPAA se haya mostrado favorable a devolver los archivos legales a sus usuarios, toda petición en este sentido está siendo ignorada. Hablamos de 25 petabytes de datos, un volumen que no hace práctica una devolución a gran escala.
Decenas de miles de usuarios estadounidenses, mientras tanto, se han unido a una iniciativa legal conjunta para solicitar la devolución de los archivos secuestrados. De tener éxito, sentaría un precedente legal para impedir secuestros similares.
Kim, cuidado con el Efecto Napster...
La historia de Megaupload tiene muchos paralelismos con la de Napster, el primer programa P2P que se popularizó en todo el mundo. Y lo más seguro es que el final sea el mismo: el destierro del antiguo rey y la coronación de uno nuevo.
El rey ha muerto, ¡viva el rey!
La caída de Napster reanimó la escena del P2P. Los programas alternativos se multiplicaron, crecieron y pelearon entre ellos por la supremacía. Hasta que eMule se hizo con gran parte del pastel. Y eso fue bueno, durante un tiempo.
Pero también eMule cayó. En 2006, cuando los servidores de Razorback fueron secuestrados, millones de usuarios se encontraron otra vez sin vías para compartir información. Y entonces llegó uTorrent.
Con la caída de Megaupload, hemos vuelto a cambiar nuestra forma de compartir archivos. El almacenamiento en la Nube, con Dropbox, SkyDrive y Google Drive en cabeza, se ha vuelto la primera opción, junto con el incombustible protocolo Torrent.
Una maniobra desesperada de relaciones públicas
En los últimos días, su cuenta Twitter ha superado los 80.000 seguidores,
una cifra importante. Los mensajes entusiastas contra las leyes
anti-piratería y sobre el regreso de Megaupload, traducidos a varios
idiomas, tuvieron gran repercusión. Pero este proceso de beatificación difícilmente llegará a buen puerto.
Los intentos de Kim Dotcom para lavar su imagen han sido numerosos, empezando por el vídeo que lanzó poco antes del cierre de sus sitios, en el que aparecían numerosas estrellas de la música apoyando el proyecto Mega.
Pero no hablamos de un Julian Assange ni tampoco de un Steve Wozniak, que se hizo ver estos días al lado de Dotcom, sino de un pirata informático que se ha lucrado distribuyendo archivos con derechos de autor.
Internet crea sus mártires en cuestión de segundos. A
Kim Dotcom solo le queda su nombre para tener algún tipo de
influencia en la Red, así que está aprovechando los focos mediáticos
en su beneficio. O al menos lo intenta.
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